El llamado Internet superficial, es cada vez más un mar delimitado por anchos canales por los que navegar. Hoy te proponemos amarrar el barco y ponerte al mando de un submarino, para descubrir la Deep web.


Al oír hablar de Deep web,  es probable que te vengan a la mente conceptos como hacker u oculto. También es habitual relacionar la Deep web con actividades ilegales y negocios poco transparentes. Pero lo cierto es que en la Deep web podemos encontrar todo tipo de contenido y no únicamente aquel que debe ser escondido.

Traducido al español como “Internet profunda”, la Deep web se compone de todo aquel contenido que, por el motivo que sea, no indexa en los principales motores de búsqueda. Es decir, la información que puedes encontrar no está filtrada, monitorizada ni vigilada. A la Deep Web también se le llama internet invisible o internet oculta.

En sus inicios, Internet era un espacio que muchos usuarios consideraron libre, un lugar donde compartir información y conectar con el mundo, sin fronteras físicas ni regulaciones. Otros lo consideraban simplemente caótico, desordenado y poco accesible.

Precisamente para poner orden en el caos y facilitar el acceso a todo su contenido a los millones de usuarios potenciales, surgieron los buscadores y los navegadores. Pequeños y humildes en sus inicios, aquellos que lograron enganchar al gran público crecieron exponencialmente, llegando a convertirse en auténticos gestores del contenido online.

El concepto Deep web nace en 2001. Lo utiliza por vez primera el experto Michael Bergman al hablar de cómo accedemos a internet a través de los buscadores. Todo lo que no está en Google u otros buscadores, difícilmente será visible por la mayoría de usuarios de internet, ya que el buscador es nuestra puerta de entrada a la web.


Un poco de historia de los buscadores y el SEO


Con el tiempo, los buscadores evolucionaron para obtener resultados más acordes con las búsquedas realizadas. Incorporaron nuevos elementos a sus algoritmos para categorizar y filtrar la abrumadora cantidad de información dispersa en el ciberespacio. Fue a mediados de la década de los ’90, cuando Lycos, el primer motor de búsqueda de la historia que utilizaba el sistema de rastreo de páginas, empezó a indexar webs mediante bots y algoritmos. Había nacido el SEO.

Poco tiempo después, en 1997, el algoritmo del buscador Google empezó a destacar entre la competencia por el uso de indicadores innovadores. El número de visitas, los backlinks (links de otras webs que la referencian) y el uso y repetición de palabras clave o keywords, hicieron del buscador de Google una herramienta que se ajustaba a la perfección a las necesidades del usuario.

En el año 2000, el posicionamiento SEO (Search Engine Optimization) ya había adquirido una importancia determinante para el éxito de un proyecto en Internet, y por ende, para cualquier empresa, industria o proyecto con visión de futuro. Los principales buscadores fueron los primeros en darse cuenta del impacto que tendría el posicionamiento en el marketing, y se apresuraron a encontrar fórmulas para obtener mayores beneficios. ¿Tu proyecto en Internet no obtiene un buen lugar entre los mejores resultados? Pagando podrás lograrlo.

En la actualidad, con la posición de dominio que ostenta Google, el futuro del SEO parece estar en la cuerda floja. La Inteligencia Artificial está cerca de lograr responder satisfactoriamente a las inquietudes de los usuarios de Internet sin tener que redirigir a sitios online de terceros. Esto supondrá un cambio de paradigma que veremos en los próximos años. Pero esta es una historia para ser contada en otra ocasión…


¿Qué puedo encontrar en la Deep web?


Al contrario que en la “Internet superficial”, que es la Internet que usamos la gran mayoría de usuarios, no podemos acceder al contenido de la Deep web a través de los buscadores. Cuando un contenido no indexado pasa a estarlo, este contenido deja de formar parte del “Internet profundo” y se vuelve “superficial”. En la Deep web podemos encontrar libros, documentos científicos, páginas normales y corrientes desindexadas de Google u otros buscadores a propósito, bases de datos, plataformas que no quieren pasar por el filtro de los buscadores, y mucho más contenido.

Parte de lo que consideramos Deep Web busca el anonimato y la privacidad para evitar la censura o la persecución por parte de gobiernos poco afines a la libertad de expresión o con actitudes poco democráticas.


¿Por qué hay contenido sin indexar?

Existen webs que por contener información confidencial o privada no quieren que se las indexe en los buscadores. También las áreas privadas de empresas, universidades u otras organizaciones. Sin embargo, mucha gente asocia el término Deep Web a cosas ilegales y lo cierto es que cualquier tipo de contenido sin indexar entra en esta categoría, sea legal o ilegal.


¿Es lo mismo Deep web que Dark web?

Técnicamente si, ya que es contenido sin indexar, aunque existe una línea imaginaria, fina y difusa, que las separa y diferencia. Se suele hablar de Dark web para referirnos aquel contenido deliberadamente oculto que puedes encontrar en la Deep web. Es en la Dark Web donde se une todo aquello de internet que no debería estar online por ir contra las leyes de la mayoría de países de todo el mundo. Por otra parte, las Dark nets son aquellas redes específicas que alojan estas páginas, que se superponen a la internet pública y requieren de software específico y configuraciones, autorización e incluso invitación para acceder a ellas. Internet solo hay uno, pero como se suele apuntar, es una red de redes, y está compuesto por distintas “profundidades”.


¿Cómo acceder a la Deep web?


Para acceder a la Deep web, basta con tener un navegador web normal y corriente, el problema está en conocer las URL para acceder al contenido “sumergido”, ya que no podemos encontrarlo mediante Google o cualquier otro buscador.

Por otro lado, cierto porcentaje de la Deep Web es solamente accesible empleando navegadores compatibles con Tor. Hay muchos disponibles como Whonix, Invisible Internet Project (I2P) o Tor Browser. El primer paso es descargar uno de ellos, modificar los parámetros que se nos indiquen y seguir el proceso guiado de configuración del navegador web. Una vez echo esto, se abrirá como si se tratase del propio Google Chrome o cualquier otro navegador.

Tor Browser tiene la ventaja que nos sirve también para navegar por la “Internet superficial”, pero para acceder a la Deep web, debes conseguir los enlaces con la extensión .onion que sean de tu interés. Aunque no exista un motor de búsqueda al uso, sí que podrás encontrar directorios de enlaces a la Deep web, como The Hidden Wiki.

Es importante recordar, que para acceder a determinado contenido de la Deep Web conviene tomar ciertas precauciones. Evita abrir archivos descargados de la Deep web sin haberlos analizado antes, y no facilites información personal o confidencial en ningún foro, formulario o chat. Ten en cuenta que no conoces quien está detrás del sitio online que visitas, y tu información podría ser usada con fines poco éticos.


Las profundidades de Internet siguen siendo aquel lugar utópico en el que la información está libre de filtros. Un lugar en el que puedes adentrarte en “cuevas oscuras” o encontrar “oasis submarinos”.

¡Nos encantaría conocer tu experiencia en las profundidades de este mar tan transitado! ¡Déjanos tus comentarios!

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