A pocos días de la celebración del Día Mundial del Libro, más conocido en Cataluña por ser la Diada de Sant Jordi, te traigo un post muy personal. He querido aprovechar la ocasión para escribir sobre mi género literario favorito (subgénero para ser más exactos), la ciencia ficción, para tratar de contagiarte aunque sea un poco, mi pasión.
Lo que más me llama la atención de la ciencia ficción, es su capacidad para hacernos viajar a otros mundos o a otras épocas, en los que las imposiciones morales de la sociedad son diferentes a las actuales. Podemos adentrarnos en historias en las que sus protagonistas han crecido con unos ideales del bien y el mal muy diferentes a los que conocemos hoy en día. O conocer mundos en los que la evolución de la ciencia ha llevado a la humanidad por unos caminos inimaginables pero posibles.
Más allá de la ciencia
Los elementos inverosímiles que caracterizan estas obras, tienen aquí una justificación científica con la que el autor, logra obtener la suspensión de la incredulidad. Precisamente es este otro de los aspectos que me fascina. Los grandes autores de ciencia ficción, además de tener unas envidiables dotes para la escritura, también son poseedores de un conocimiento científico muy extenso, que plasman en sus obras para definir y explicar al lector las bases científicas con las que justifican sus tramas. Muchos de los mejores autores de este género literario, son o han sido eminentes científicos, que encuentran en la narrativa, la libertad expresiva de la que el método científico les priva. Uno puede creer firmemente en los portales interestelares, pero sin experimentos que demuestren su existencia, cualquier afirmación sobre su viabilidad será inmediatamente revocada por la comunidad científica, y el descrédito acompañará por siempre a aquel intrépido e insensato especulador. Esta es una realidad a la que prácticamente ningún científico está dispuesto a enfrentarse, por lo tanto, la literatura es una vía ideal para aquellos que, aun no teniendo pruebas concluyentes para sus afirmaciones, tienen un firme convencimiento o una imaginación casi visionaria.
Otro aspecto que me gustaría destacar antes de empezar con la pequeña selección de obras que te traigo hoy, es que dentro del género de la ciencia ficción, podemos encontrar gran variedad de historias difícilmente catalogables. Ciencia-ficción es una etiqueta que a menudo se usa a la ligera, y que abarca obras que podríamos considerar de fantasía como Las crónicas marcianas de Ray Bradbury, pasando por otras con un escrupuloso rigor científico como El martillo de Dios de Arthur C. Clarke. Así que te aconsejo que no te asuste el género/etiqueta, lo mejor que puedes hacer (si no lo has hecho ya) es abrir el libro y empezar a leer sin prejuicios.
Ahora si, sin más, te dejo con mi particular selección de obras que me hicieron reír, reflexionar y hasta estremecerme. Son clásicos, por lo que probablemente ya los conozcas, pero si no es el caso, es un gran momento para regalarlos o regalártelos:
Un mundo feliz
Autor: Aldous Huxley
Los valores humanos están en decadencia en el mundo feliz que nos plantea Huxley. La ignorancia ha llegado a tal extremo, que la mayor parte de los habitantes del planeta no recuerdan ni como se hacen los niños. Las salas de fecundación y sus operarios son ahora los encargados de la reproducción humana, y los fetos son catalogados desde antes de su nacimiento en Alfas, Betas, Deltas o Epsilones. No existe lugar para la réplica o el cuestionamiento de la moralidad de tales procedimientos, y tampoco existen individuos que se lo planteen.
En este mundo, la felicidad de sus habitantes está estrechamente ligada al consumo de drogas, que es uno de los temas centrales de la novela. Otro aspecto relevante que trata la obra y que particularmente me hizo gracia, es el consumismo, que en esta época ha llegado a tal punto, que expresiones como las habituales Gracias a Dios, se han sustituido por otras mucho más mundanas como Gracias a Ford, o como Ford manda.
Un mundo feliz es una obra que te engancha de principio a fin, en la que su protagonista, un raro espécimen que se cuestiona ciertas cosas, descubre como era la vida de sus antepasados, visitando una reserva, en la que aún se conservan viejas y anticuadas costumbres, como la de fecundar de forma natural a los descendientes.
La guerra de los mundos
Autor: H.J. Wells
Aunque hayas visto la película, te recomiendo que leas el libro publicado más de un siglo antes de que la historia diera paso al formato cinematográfico. Y, aunque las comparaciones siempre son odiosas, y el argumento de la película es bastante fiel a la novela, las emociones que transmite la lectura de este libro no tienen nada que ver con las de la película.
La trama de esta obra relata la invasión de la Tierra por parte de los marcianos, que con sus grandes máquinas no encuentran obstáculo alguno para causar el terror y el caos entre la población humana. Esta protagoniza auténticas escenas de pánico masivo nunca antes descritas con semejante detalle. Este libro me gustó sobre todo por su planteamiento sociológico, pues más que una crónica de la invasión extraterrestre, es una crónica sobre los miedos ancestrales de los humanos, y sobre el frágil equilibrio de las sociedades occidentales.
Si conoces la historia por la película, ya conocerás como termina, y si logran o no los terrícolas sobrevivir a la invasión. Solo te diré que los méritos de los propios humanos no tienen nada que ver en el desenlace, más bien al contrario, pues la naturaleza, a menudo menospreciada por la humanidad, tiene un papel importante los últimos capítulos.
Sueños de robot
Autor: Isaac Asimov
Este libro es en realidad, un recopilatorio de historias breves que el autor publicó, durante su prolífica carrera literaria, en diferentes medios. Todas ellas tienen a los robots como punto en común, aunque no en todas las historias estos se presentan en forma humanoide. Asimov fue un gran visionario, y a mediados del siglo XX, ya escribió sobre inteligencias artificiales que superarían a la inteligencia humana gracias a la interconexión de innumerables nódulos. Algo similar a lo que hoy en día conocemos como Big Data.
También planteó, antes que nadie, los problemas (tanto logísticos como éticos y morales) con los que probablemente toparemos los humanos en los próximos años. Cada una de las 21 historias que recopila el volumen, es una pequeña obra de arte, pero destacaría especialmente La máquina que ganó la guerra, en la que un robot enseña operaciones matemáticas básicas a un humano. Hecho que abre la puerta a una segunda era de aprendizaje matemático para la humanidad, que a causa de la inteligencia superior de las máquinas, había olvidado por completo su capacidad para realizar cálculos complejos.
Si empiezas a leer algunas de estas historias breves, y te apetece conocer más la obra de Asimov, te recomiendo la que es mi novela favorita hasta la fecha. Los propios dioses. En ella, se nos presenta a una especie alienígena, cuyos procesos biológicos y fisiológicos, distan mucho de los que conocemos en la Tierra.
El poder de las historias
A los seres humanos, nos gustan las historias. Esto se debe a que como seres sociales que somos, empatizamos con los protagonistas de las historias que leemos o nos cuentan, aprendemos de ellos y nos aplicamos lo aprendido a nuestra vida. Incluso disfrutamos con historias tristes o crueles que no desearíamos para nosotros bajo ninguna circunstancia, porque sabemos que son solo historias. Incluso cuando estas están basadas en hechos reales, y los sentimientos que nos provocan son aún más intensos, seguimos leyendo empujados por el morbo o la curiosidad.
Des de los inicios de nuestra existencia como humanos, aquellos individuos con mayor capacidad de comunicar ideas de forma estructurada y convincente, han prosperado y gozado de privilegios sociales y han influenciado en gran medida en los demás. Hoy en día, como contamos en el post En algún lugar muy cercano alguien vendió mucho más que tú, las empresas buscan crear historia alrededor de sus marcas, haciendo partícipe al cliente para que este se sienta el protagonista. Es una estrategia casi tan antigua como la humanidad, pero que dio resultados en el pasado, los da en el presente, y los dará en el futuro.
¡Seguiremos a tu lado para contártelo!
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