El tiempo marca nuestra edad y nuestras acciones desde la infancia, juventud, edad adulta hasta la vejez. Por eso el pasado es tema que no se olvida, nos orienta o no sobre lo que podemos elegir ser en el presente y decide nuestro futuro. Frases para ordenar con tiempo y que aquí compartimos para que te dé pistas sobre lo que sí puedes hacer a cualquier edad, siempre que quieras y afrontes el reto con entusiasmo y pasión.
Al contrario de muchos colegas jóvenes, creo que tiene sentido estudiar los clásicos. Ciertamente hay muchos jugadores a los que admiro; Intento aprender de todos los grandes maestros, tanto del pasado como del presente.
Entonces debe usar el tiempo que ha creado ahora para el futuro y utilizar el pasado solo para ayudar al futuro, no como una navaja para las culpas y los miedos que inhiben su propio ser. O como decía al final de una canción laboral que me gustaba mucho cuando era niño: lo que quiero decir es, tómalo con calma, pero tómalo
Todos somos prisioneros de nuestro pasado. Es difícil pensar en las cosas excepto en la forma en que siempre las hemos pensado. Pero eso no resuelve problemas y rara vez cambia nada.
Solo tengo una lámpara por la que se guían mis pies, y esa es la lámpara de la experiencia. No conozco otra forma de juzgar el futuro que no sea el pasado.
Un elemento de la mecánica según la cual la mente humana aprende del pasado nos hace creer en soluciones definitivas; pero no pensamos que quienes nos precedieron también creía que tenían soluciones definitivas. Nos reímos de los demás, y no nos percatamos de la posibilidad de que en un tiempo no muy remoto alguien este igualmente justificado para reírse de nosotros.
Desde Aristóteles, los filósofos nos han enseñado que somos animales muy reflexivos, y que sabemos aprender mediante el razonamiento. Se tardó un tanto en descubrir que efectivamente pensamos, pero que nos va mejor el narrar hacia atrás para hacernos la ilusión de que comprendemos y dar cobertura a nuestras acciones pasadas. En el momento en que olvidamos esta realidad, llegó la “Ilustración” para metérnosla en la cabeza por segunda vez.
No es frecuente que las naciones aprendan del pasado, y más raro aún que saquen las conclusiones correctas de él.
La frase “cualquier tiempo pasado fue mejor” no indica que antes sucedieran menos cosas malas, sino que felizmente la gente las echa en el olvido.
La actualidad no ve el conjunto, no anticipa el porvenir ni pone en cuestión el pasado. A la actualidad le falta capacidad simbólica porque no conjuga, solo actualiza. En cambio el presente es otra cosa: su dominio, su atención y su capacidad de análisis recorren lo que sucede pero también lo que ha sucedido y lo que está por suceder. Es un relato que comprende que el presente es mucho más que la suma de millones de actualidades.
Si abrimos una disputa entre pasado y presente, encontraremos que hemos perdido el futuro.