Dudar de todo y creerlo todo son dos soluciones igualmente convenientes; cada uno nos salva de pensar.
Si deseamos prever el futuro de las matemáticas, nuestro curso adecuado es estudiar la historia y el estado actual de la ciencia.
Es por la lógica que probamos, pero por intuición que descubrimos. Saber criticar es bueno, saber crear es mejor.
El análisis puro pone a nuestra disposición multitud de procedimientos cuya infalibilidad garantiza; nos abre mil caminos diferentes en los que podemos embarcarnos con toda confianza; tenemos la seguridad de que no encontraremos obstáculos; pero de todos estos caminos, ¿cuál nos llevará más rápidamente a nuestra meta? ¿Quién nos dirá cuál elegir? Necesitamos una facultad que nos haga ver el final desde lejos, y la intuición es esta facultad. Es necesario que el explorador elija su ruta; no lo es menos para quien sigue su rastro y quiere saber por qué lo eligió.