La sociedad verdaderamente humana es la sociedad del aprendizaje, donde los abuelos, los padres y los niños son todos estudiantes.
Cuando la gente se aburre es principalmente de ellos mismos.
Sentirse plenamente vivo es sentir que todo es posible.
Todavía es cierto que el hombre es más singularmente humano cuando convierte los obstáculos en oportunidades.
Para ser diferentes de lo que somos, debemos tener cierta conciencia de lo que somos.
El mayor cansancio proviene del trabajo no realizado.
Charlatanería en algún grado es indispensable para un liderazgo eficaz.
El líder tiene que ser práctico y realista, sin embargo, debe hablar la lengua del visionario y del idealista.
Normalmente sólo vemos lo que queremos ver; tanto es así, que a veces lo vemos donde no está.
No es el sufrimiento, sino la esperanza de cosas mejores lo que incita las rebeliones.