La desinformación en las redes es uno de los mayores peligros a los que se enfrenta la sociedad. Es por ello, por lo que las principales plataformas están poniendo en práctica nuevas estrategias para poner freno a la difusión de bulos y discursos del odio. En este post hablaremos sobre Birdwatch, la nueva herramienta, en fase de experimentación, que va a poner en marcha Twitter para combatir las fake news de forma colectiva.



El peligro de la desinformación en las redes sociales


Durante estos últimos años, las redes sociales se han convertido en un nuevo medio de comunicación de masas. Uniéndose a medios tradicionales como la televisión o la radio. Los usuarios más influyentes, con mayor número de seguidores o aquellos que publican contenidos susceptibles de convertirse en tendencia, tienen un altavoz perfecto en los Social Media para difundir sus mensajes de forma masiva. Este hecho, podría verse, a priori, como algo muy positivo para la sociedad, que tiene un nuevo canal para expresarse y comunicarse entre sí de forma libre. Sin embargo, no todo es tan bonito como parece. La falta de regulación en estas plataformas, donde los usuarios son libres de publicar cualquier contenido, ha propiciado la difusión de miles de fake news y discursos del odio. Lo que ha obligado a las distintas empresas de redes sociales a tomar cartas en el asunto.

Según datos de Sentinel, la app que se presenta con la misión de defender a las democracias contra la guerra de la desinformación, la cantidad de videos deepfake online pasó de 14,678 en 2019 a 145,277 en junio del 2020. Ya es un temor más que generalizado, no solo de los gobiernos, sino de las empresas y los propios ciudadanos de que la tecnología se convierta cada vez más en una fuente de división , desinformación, fraude y extorsión.


Se trata de controlar la narrativa, de ser los primeros diciendo una barbaridad, y de tratar de que se repita el suficiente número de veces

Enrique Dans / @edans

Un claro ejemplo de los peligros que entrañan las redes sociales, lo vivimos en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en 2016. En una campaña marcada por la difusión masiva de desinformación, particularmente en Twitter y Facebook. Donde los usuarios más extremistas compartían contenidos manifiestamente falsos, así como teorías de la conspiración de lo más disparatadas (véase: Pizzagate). Este clima de bulos y odio en las redes, contribuyeron a tensionar, aún más, la disputa entre republicanos y demócratas en su lucha por la presidencia.

Durante los meses de pandemia, también estamos viviendo un gran auge de la difusión de fake news relacionadas con la Covid-19. Una desinformación, que, puede acarrear graves problemas de salud en la población que cree estos mensajes. En los meses más duros de confinamiento corrió el falso rumor, sobre todo en Estados Unidos, de que era aconsejable ‘beber’ lejía para combatir el coronavirus. El argumento era el siguiente: “si el lavado de manos sirve para matar al virus, la ingesta de lejía matará al virus en el caso de estar contagiado”.


En las Redes Sociales ya están en el mismo nivel de autoridad las verdades y las mentiras.


When news become fake news. CC: Gordon Johnson

2020: El año en el que Twitter se puso serio


Durante los últimos meses, marcados por la pandemia y las elecciones de Estados Unidos de 2020; diferentes redes sociales y a la cabeza Twitter, pues es la favorita de los políticos para hacer llegar sus mensajes, ha promovido distintas herramientas para tratar de luchar contra el auge de fake news en su plataforma. Para ello, se han hecho servir diferentes métodos que se unen a los ya existentes: como bloquear y silenciar usuarios o denunciar tuits, de quien sea, presidentes o el de cualquier persona que incumpla las normas del buen comportamiento y de respeto y además si se considera incumplen alguno de los supuestos establecidos (spam, ofensa, incitación al odio, al suicidio, … ). Entre estas nuevas medidas adoptadas para bloquear a los infractores, por la red social del ‘pajarito’, podemos destacar:

  • Contextualización de tuits

Recientemente, Twitter ha empezado a señalar con una etiqueta aquellos contenidos que son manifiestamente falsos. Clicando sobre estos mensajes, se nos redirige a un espacio de la plataforma donde se nos muestra información de contexto que nos explica el porqué ese contenido no es veraz.

  • Eliminación de tuits

Durante las elecciones presidenciales de 2020, el ex presidente de los EEUU, siguiendo su estrategia de campaña de 2016, apostó por mantener su método de difusión de desinformación en sus redes sociales. Haciendo especial hincapié en un supuesto fraude electoral que habría permitido al nuevo candidato alzarse como presidente. Al igual que con Dan Scavino, Twitter contextualizó decenas de tuits engañosos del hasta ese momento presidente. Hasta que llegó un punto en que decidió eliminar directamente alguno de esos mensajes tras incumplir reiteradamente las políticas de integridad cívica de Twitter.



  • Suspensión de cuentas

Finalmente, tras los múltiples avisos de Twitter al candidato republicano de poner fin a la propagación de desinformación que podría poner en riesgo la seguridad cívica, la plataforma decidió suspender de forma definitiva la cuenta oficial del expresidente. Como consecuencia directa al asalto al Capitolio auspiciado por algunos tuits del presidente saliente que alentaba a sus seguidores a no aceptar los resultados electorales de las pasadas elecciones del 3 de noviembre de 2020; cuando el nuevo candidato demócrata se alzó con la presidencia del país.

Todas estas medidas no las vemos aplicadas únicamente en el ámbito político, sino que también tienen su razón de ser a la hora de combatir la desinformación vertida sobre la Covid-19. En el siguiente enlace podéis ver las políticas de uso para hablar sobre el coronavirus: Covid-19 Misleading Information Policy. Como podréis comprobar se aplican unos criterios muy parecidos a los que se llevan a cabo con las cuestiones políticas. Contextualización > Borrado > Suspensión.


Twitter-Misinformation New tags

Birdwatch: la nueva herramienta de Twitter para combatir la desinformación de forma colectiva


Un sector importante de usuarios de Twitter ha criticado con dureza las medidas instauradas por la plataforma para tratar de combatir la desinformación. Algunos de estos usuarios sostienen que Twitter actúa prácticamente como una plataforma censora, que decide por voluntad propia, que es cierto y que es falso. Por este motivo, y por muchos otros, desde Twitter se ha apostado por lanzar una nueva herramienta donde los usuarios decidirán los contenidos que consideren manifiestamente falsos, aportando fuentes para corroborar esa objeción. Se trata de Birdwatch.


¿Qué es Birdwatch?

Birdwatch, que actualmente se encuentra en fase de experimentación, es una herramienta de Twitter que permitirá a la comunidad verificar la información que circula en la plataforma. Los usuarios tendrán la opción de añadir información de contexto a los tuits que se considere que contienen información engañosa. Estas notas serán sometidas a debate por los demás usuarios y aquellas que consigan un amplio consenso se incluirán en los tuits engañosos. De momento, durante esta fase beta, solo lo pueden usar un grupo reducido de participantes. Siguiendo las sigueintes instrucciones:


Instrucciones de Birdwatch en la fase beta

El objetivo principal de la herramienta es que los propios usuarios sean los encargados de señalar las informaciones falsas a través del consenso. Permitiendo que sea la comunidad quien decida, y no la plataforma de forma unánime, como sucede hasta ahora.

Birdwatch es nuestro primer paso hacia la construcción de una nueva forma de empoderar a todos los usuarios de Twitter para crear un mundo mejor informado.

Keith Coleman, Twitter VP

¿Cómo funciona Birdwatch?


A la hora de hacer una contribución en Birdwatch se deben seguir toda una serie de pasos, desde que señalamos un contenido como desinformación, hasta que nuestra nota es aceptada por la comunidad.

  • Notas: En primer lugar, deberemos seleccionar por qué motivo consideramos un contenido como desinformación. A través de un panel de múltiples opciones. Posteriormente, podremos redactar nuestra explicación dando contexto al porqué ese tuit es falso. Del mismo modo, podremos añadir links de interés para refutar nuestros argumentos. Durante esta fase beta todas estas notas se recogerán en un apartado de Birdwatch separado de Twitter.
  • Valoración de las notas: Los usuarios podrán votar aquellas notas que consideren más útiles, añadiéndoles una calificación. Birdwatch dará visibilidad a aquellas notas contextuales que obtengan mejores valoraciones. Además, los usuarios que obtengan mejores puntuaciones en sus contribuciones tendrán un mayor nivel de reconocimiento, a través de un modelo de reputación. Similar al de algunas plataformas, como por ejemplo el karma de Xataka.
  • Plataforma Birdwatch: Durante esta fase de experimentación, todas las contribuciones, tanto de notas como de valoraciones, se recogerán en una plataforma específica de Birdwatch, separada de Twitter. Se pretende que durante la fase beta no se afecte a como los usuarios ven Twitter. En un futuro, con la aplicación testada y asentada se prevé una incorporación en la interfaz de Twitter.

Ejemplo del funcionamiento de Birdwatch

Debate sobre Birdwatch


Tras revisar varios artículos y foros relacionados con la herramienta Birdwatch y otras funcionalidades de Twitter, me he encontrado con un ferviente debate acerca del papel de la plataforma a la hora de tratar la desinformación. Por un lado, encontramos a un sector de usuarios que defiende el laissez faire, es decir, que la plataforma no debería regular los contenidos, sino que los usuarios deberían ser libres a la hora de difundir contenidos en la plataforma. Por otro lado, otro sector de usuarios sostiene que las grandes redes sociales tienen la obligación de poner freno a las informaciones falsas que circulan en sus plataformas. No hacerlo provocaría graves consecuencias como el caso de la ingesta de lejía.

En el caso particular de Birdwatch, los defensores de la no regulación, sostienen que con este sistema un grupo ideológico determinado podría imponer su verdad al resto de usuarios. Sin embargo, los defensores de la regulación, lo ven como una herramienta idónea para controlar la desinformación de forma democrática, a través del consenso.

De este debate aflora una pregunta: ¿qué pesa más, el poder ser libre de decir cualquier cosa, incluida las falsedades, o el intento de creación de un entorno de información más veraz con la intervención de la plataforma?


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