Brainstorming. Tormenta de ideas. Lluvia de ideas.
Diferentes términos para denominar un mismo concepto de técnica de trabajo, en un ambiente relajado, que facilita nuevas ideas para dar respuesta a un tema o resolver un problema concreto.
El trabajo colaborativo puede en la mayoría de casos generar más ideas creativas que las que las personas pueden aportar de forma individual, así que cuando trabajamos juntos surge “lluvia de ideas” y otras soluciones imaginativas.
Este proceso que ya se lleva a cabo, en equipos de trabajos, de pequeñas medianas y grandes empresas, contribuye a atacar un asunto desde una perspectiva distinta. No solo es para resolver problemas, una tormenta de ideas, también ayuda para dar forma a asuntos de lo más variados o hasta para dar un nuevo nombre a algo. Esta técnica creativa te permite observar y trabajar en ideas que jamás te habrías planteado.
Si un problema se acaba repitiendo en el tiempo, de nada sirve resolverlo con la misma respuesta.
¿Cómo realizar una sesión de “tormenta de ideas?
Para que la lluvia de ideas sea eficiente y obtengas resultados, es imprescindible fijar unos puntos que siempre deberás desarrollar en estas sesiones creativas, y en este orden. Te los exponemos a continuación.
- Determinar el problema o el asunto sobre el que va a tratar la reunión
- Asignar una persona coordinadora de la sesión: Facilitará que el grupo no caiga en la valoración de las ideas de sus compañeros. Velará por que el procedimiento creativo se desarrolle de la manera más efectiva posible. También puede ser la persona encargada de ir escribiendo las propuestas que van surgiendo.
- Establecer los parámetros de la sesión: Si deseas fijar un número mínimo de ideas, el tiempo que dedicaréis a este proceso creativo, cómo se desarrollará, etc.
- Proponer algún ejercicio de calentamiento para el grupo: Motivará el buen ambiente de los asistentes y construirá un entorno relajado. Aunque no te parezca muy serio ni necesario, este punto te ayudará a conseguir que las ideas empiecen a fluir. Por ejemplo, con dinámicas grupales como nombrar tipos de comida o ciudades europeas.
- Empezar con la generación de ideas. Sin límites, ni críticas, ni valoraciones. No hay pautas, ni esquemas. Todo vale.
- Recopilar y enumerar cada una de las propuestas. No debes descartar ninguna en esta fase todavía.
- Continuar con la creación de ideas hasta que el grupo dé por acabado el proceso o se haya consumido el tiempo estipulado.
- Seleccionar las ideas repetidas y eliminarlas. Aunque existan algunas propuestas que te parezcan inverosímiles, no las descartes por este motivo. Recuerda que atajar un problema siempre con las mismas armas, no resolverá tus problemas continuados.
- Analizar las diferentes ideas.
¿Cómo asegurar que una sesión de brainstorming funcione?
En el apartado anterior hemos compuesto una lista de los nueve pasos necesarios para realizar una lluvia de ideas. Ahora, si quieres caminar sobre tierra firme, no deberías perderte este recopilatorio de trucos que asegurarán que tu sesión de brainstorming sea un éxito. Vamos allá.
- El objetivo es producir una tormenta de ideas. Lo que aquí debe primar es la cantidad, no la calidad. Ya habrá tiempo para disertar sobre la mejor opción de resolución de problemas.
- La sesión creativa no debería alargarse más de 30 minutos. Con una mayor duración, los participantes podrían aburrirse y dejar de participar activamente.
- Forma un grupo diverso. Cuantas más diferencias de perfiles existan (puesto en la empresa, edad, sexo, etc.), mayor será también el contraste de ideas. Y esto siempre ayuda en el proceso creativo.
- El número de participantes ideal no debería superar los 10 integrantes. En grupos mucho más grandes, se corre el peligro que algunos de los asistentes se sientan cohibidos y sólo participen unos pocos.
- No cortes las alas a tus compañeros. Todas las propuestas son bienvenidas y ninguna merece ser criticada, todas valen lo mismo. No entrar en percepciones ni en juicios de valor mejorará el flujo constante de pensamientos y la proliferación de estos.
- Analiza las ideas al día siguiente. Lo ideal es dejar reposar las propuestas y verlas desde otra perspectiva 24 horas después. Además, es aconsejable dividirlas en distintos bloques temáticos o temporales. Y, sobre todo, tratar de combinar las ideas para conseguir una mejor.
Sin duda, el brainstorming es una de las técnicas referentes y extendidas en la resolución creativa de problemas. Si te encuentras en un punto en el que no sabes cómo encarar un asunto o este contratiempo se repite constantemente, cede un espacio a la lluvia de ideas. Podrás comprobar que la suma de las mentes siempre te sitúa un paso más cerca del éxito. Pruébala y no será la única vez que lleves a cabo esta técnica.
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