En el rincón fascinante y misterioso de los datos, donde las cifras son más que meros números, donde cada punto de datos es una pequeña pieza de una historia épica. Aquí, se entrelazan dos mundos: uno de datos estructurados, dispuestos en orden como las páginas de un libro, y otro de datos no estructurados, ocultos como secretos susurrados en imágenes, videos y grabaciones.
Imagina que tus datos estructurados, también llamados datos organizados, son como las piezas fundamentales de un rompecabezas bien ordenadas: las filas y columnas que se alinean perfectamente.
Los datos estructurados te cuentan lo que ha sucedido: las ventas, las colocaciones en mayoristas, … y puede que hasta la satisfacción del cliente, los rendimientos promedio. Pero, ¿qué pasa con la magia detrás de estos números? ¿Por qué ha sucedido lo que ha sucedido?
Ahí es donde entran en escena los datos no estructurados, también conocidos como datos no ordenados. Son como pequeñas historias que esconden los detalles, las emociones y los eventos en tiempo real que los datos estructurados no pueden contarte.
Ahora, piensa en estos datos no organizados como tesoros escondidos. Pueden revelar el “por qué” detrás de los números aparentemente desconectados.
Imagina este escenario: mientras los datos estructurados te cuentan que las ventas subieron un 10%, los datos no estructurados revelan que un inesperado fenómeno viral en las redes sociales generó un frenesí de compras de un producto en particular.
Es como descubrir un tesoro oculto en el vasto paisaje de información, donde la creatividad y lo imprevisto se unen para impulsar el éxito empresarial. Aquí es donde la verdadera magia sucede: en la intersección entre los datos estructurados y los no estructurados. Juntos, forman una imagen más completa, como dar un paso atrás para apreciar una obra de arte. Pero, claro, este trabajo extra de combinarlos puede parecer desafiante, como unir las piezas de un rompecabezas aparentemente caótico.
En nuestro viaje con el Smart Data, no nos limitamos a lo obvio. Aprovechamos tanto los datos organizados como los que parecen un poco rebeldes. Cada imagen, cada charla en las redes y cada grabación nos cuentan algo, y nuestra misión es descifrar esas historias. Entonces, mientras exploramos este vasto océano de datos no estructurados, recordemos que cada información tiene algo valioso que contar.
En el mundo de los datos, aquellos que abrazan tanto lo estructurado como los datos no ordenados tienen una ventaja: la capacidad de responder no solo al “qué” sino también al “por qué”. ¡La verdadera magia de los datos está en la combinación!
En el fascinante mundo de los datos, descubrimos que hay más capas en esta historia que contar. Si bien los datos estructurados y no estructurados son elementos clave, hay otro aspecto crucial para ver el cuadro completo: los datos de rendimiento interno y externo.
Imagina que has implementado una estrategia de ventas y marketing digital sólida, pero las cosas no están despegando como esperabas. Aquí es donde entran en juego los datos de rendimiento interno. ¿Tu sitio web funciona correctamente? ¿Hay algún problema técnico que esté afectando las conversiones? Estos son datos críticos que no siempre se encuentran en los informes de ventas tradicionales.
Por otro lado, los datos de rendimiento externo también son vitales. ¿Qué está diciendo la gente en las redes sociales sobre tu marca? ¿Cómo está actuando tu competencia? A veces, el fracaso de una estrategia no se debe a lo que no estás haciendo bien, sino a lo que otros están haciendo mejor. Aquí es donde los datos externos, como el análisis de la competencia, entran en juego.
Es en esta convergencia de datos estructurados y no estructurados, datos de rendimiento interno y externo, donde encontramos la esencia del Smart Data. Esta es la herramienta que ofrecemos a nuestros clientes, una ventana que no solo muestra qué está sucediendo sino por qué está sucediendo.
El Gaea Smart Data no se limita a proporcionar informes; es un guía que desentraña las complejidades detrás de los números. Es el faro que ilumina las áreas en las que puedes mejorar, las oportunidades que aún no has explorado y los posibles obstáculos que podrían estar frenando tu progreso.
Así que, mientras navegamos por los mares de datos, recordemos que la verdadera riqueza no está solo en lo que se ve en la superficie, sino en la comprensión profunda de cada elemento.
Integrando datos estructurados, no organizados y de rendimiento, creamos un cuadro completo que no solo responde al “qué” sino también al “por qué” y “cómo”. ¡Esa es la magia del Smart Data!
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