Los seres humanos adquirimos los conocimientos de diferentes formas, y estos se clasifican en función de esa procedencia y según cuál es su objetivo o cómo vayamos a usar ese conocimiento, este puede ser: CIENTÍFICO (se basa en el análisis, observación y experimentación); EMPÍRICO (las vivencias propias); FILOSÓFICO (documentación y razonamiento ordenado); INTUITIVO (se involucra la razón y la consciencia); LÓGICO (entendimiento de las ideas con coherencia).
En esta categoría, hemos clasificado para ello todo lo que tenga que ver con los datos, el análisis, la formación, el aprendizaje, los libros, experiencias, competencias, metodologías y la observación.
La opinión popular es la mentira más grande del mundo.
Lo que, desde mi punto de vista, son los mejores directivos destacan por una sola cosa: recorre su propio camino. Se preocupa poco por la sabiduría de manual, por “los siete caminos hacia el éxito”, por “reglas” de la excelencia, por “recetas” del éxito, por la GE-Way, por las vulgaridades “Seis Sigma; no repiten como niños pequeños lo último que haya regurgitado cualquier “gurú” del management; no se dejan impresionar por todo el relumbrón ecléctico de la maquinaria para entontecer managers. Construyen partiendo de sí mismos, de su estilo propio. En cierto sentido, son “radicales libres” que se encaminan al lugar en que puedan volverse activos.
Toda esa extravagancia del tiene “que arder dentro de ti lo que quieres prender en otros : ¡como si cada colaborador fuera una bombilla! Pero nada se encenderá en él si él no se ha encendido por sí mismo.
Construyamos sobre aquello que el ser humano ya es; no intentemos mejorar lo que él no es.
En educación, no se trata de crear a nadie, sino de crear las condiciones para que el otro pueda hacerse asimismo.
Meirieu
No dejes que la escuela interfiera con tu educación.
La vida te cambiará o puedes cambiar con la vida. Estamos en movimiento. Todo lo que conocemos siempre está en movimiento. Podemos luchar contra esta energía o podemos bailar con ella. La elección es completamente tuya.
La madre naturaleza nos ha dado algunos mecanismos de defensa; como en la fábula de Esopo, uno de ellos es nuestra capacidad de considerar que las uvas que no alcanzamos, o que no conseguimos alcanzar, están verdes.
Todas las veces que, al pasear por la próspera y rica Atenas, observaba la cantidad de bienes y lujos, que en ella se vendían, se congratulaba diciéndose asimismo: “¡de cuantas cosas no tengo necesidad!”.
La invisibilidad no es responsabilidad de quien escribe una lengua pequeña, sino de quien no construye puentes.