La Web Summit Lisboa, uno de los congresos tecnológicos más significativos del panorama internacional, y que no me pierdo nunca, finalizó ayer con un récord de más de 50.000 asistentes. La edición de 2016 ha sido la primera de las tres que acogerá Lisboa durante los próximos años, y ha reunido a más de 7.000 directores ejecutivos con un objetivo común: conocer las últimas novedades en empresas emergentes e iniciar nuevas relaciones profesionales. La búsqueda de financiación para proyectos en ciernes (startups) es una de las constantes en este tipo de encuentros.
La Web Summit de este año se ha desarrollado entre el recinto de la Feria Internacional de Lisboa (FIL) y el MEO Arena, y durante el transcurso de la misma se han conectado más de 66.000 dispositivos, los cuales han generado un tráfico de datos hasta diez veces superior al de la pasada edición. Se trata de un dato que ha transmitido en rueda de prensa Paddy Cosgave, director del congreso, y que pone de manifiesto el gran crecimiento del evento. A destacar también el aumento de la presencia femenina, que este año se ha situado en el 42%, una cifra que dobla la del año pasado.
Si no has podido asistir, te comparto este vídeo del canal de Youtube oficial de la Web Summit donde podrás hacer un breve recorrido por las instalaciones del evento.
Amazon, Nintendo, Facebook, Uber o Renault son algunas de las empresas que han tenido presencia en la Web Summit de este año, junto a múltiples personalidades de ámbitos tan dispares como el deporte, el arte o la política. Pero ante todo, ha sido un punto de encuentro para miles de emprendedores que buscan nuevos contactos para tirar adelante sus proyectos, muchos de ellos, auténticos diamantes en bruto de la innovación tecnológica.
Según ha declarado el gobierno portugués, la Web Summit ha generado en Lisboa un impacto económico superior a los 200 millones de euros, si bien los efectos a largo plazo, especialmente en empresas lusas y en la imagen internacional de la ciudad, tardarán aproximadamente 5 años en apreciarse según palabras de Cosgrave.
La revolución de la inteligencia artificial
Tenemos que prepararnos para una auténtica revolución social y económica. Esta es una de las principales conclusiones que nos ha dejado esta edición de la Web Summit. Y es que, según los expertos, nuestro futuro estará marcado por los cambios que acarreará el desarrollo de la inteligencia artificial y su implementación en los sistemas de producción.
Esta conclusión es producto de una encuesta que se realizó entre 224 inversores de alto riesgo presentes en la cumbre. Dicha encuesta mostró unos datos que, sin duda, deberían hacernos reflexionar:
- El 53% de los encuestados cree que la inteligencia artificial (AI) destruirá millones de puestos de trabajo en las próximas décadas.
- El 93% cree que los gobiernos no están preparados para esta revolución tecnológica.
Sinceramente, a mí lo que me ha hecho reflexionar es que históricamente, cada vez que surge una nueva tecnología disruptiva, se despiertan preocupaciones sobre la posibilidad de que esta provoque la pérdida masiva de empleos.
Laura Vaquero
Yo que llevo con Internet desde que llegó a mi empresa en 1994, el temor inicial es que Internet eliminaría puestos de trabajo, eran temas recurrentes en las discusiones. La preocupación sobre los blogs y los periodistas muestra cómo esas predicciones no siempre se cumplieron al pie de la letra, ya que las nuevas tecnologías también han creador nuevas oportunidades laborales. Sí que transformó a los medios, pero los ha reconvertido en negocios prósperos, por lo menos a los que supieron readaptarse.
No cabe duda de que la inteligencia artificial, entendida como el proceso por el cual las computadoras realizan tareas que requieren la inteligencia humana, es uno de los grandes retos a los que deberán enfrentarse las sociedades de alrededor del planeta. No en vano, a través de eventos como la Web Summit, la Inteligencia Artificial se está postulando como uno de los campos de mayor desarrollo económico del futuro, y hay quien sostiene que ya debería empezar a sustituir tareas que las personas no desempeñamos de forma eficiente. Los sondeos electorales, por ejemplo, son un ámbito que últimamente ha sufrido grandes fracasos, como las erróneas predicciones del Brexit o las elecciones norteamericanas que ha ganado Donald Trump. ¿Deberían las máquinas decirnos cómo votaremos los humanos? Quizá en un futuro no muy lejano.
Si tengo que resumir lo que he visto estos días, oído, y hablado con el resto de participantes, en este Summit de 2016, vemos que el escenario tecnológico está experimentando cambios significativos y emocionantes, y uno de los temas más destacados en la comunidad tecnológica es la creciente influencia de la Inteligencia Artificial (IA). Tema central recurrente en todas las reuniones, y especulación sobre el papel de la IA y su potencial en el futuro. Hay una sensación palpable de que estamos al borde de un cambio transformador en la forma en que interactuamos con la tecnología y cómo esta impactará diversos aspectos de nuestras vidas.
Creo que este evento marcará un momento crucial en la percepción pública de la IA como una tecnología transformadora, y las discusiones van a contribuir o a establecer las bases para un rápido avance que esperamos presenciar, en primera fila, los años siguientes.
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