El sector tecnológico es un sector joven, y como tal, está en proceso de crecimiento y de aprendizaje. Partiendo de la base de que toda actividad humana tiene un impacto en el entorno, resulta evidente que, el uso de internet y las nuevas tecnologías también lo tienen. El primer paso para afrontar un problema es ser consciente del mismo. Hoy te traemos información para que conozcas la magnitud del problema y algunos consejos para reducir el impacto ambiental derivado del uso de internet y las TIC.
El término “Green Data” se refiere a la búsqueda de soluciones y prácticas más sostenibles en el ámbito de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para reducir este impacto ambiental. Aquí hay algunas áreas clave en las que se puede trabajar para lograr un uso más sostenible de internet y las TIC. Acompáñanos hacia un futuro más sostenible, caminemos juntos hacia el Green Data.
Actualmente, el sector tecnológico, es el tercer contaminante a nivel global, por detrás de la industria petrolera y de la moda. Ya en 2017, Greenpeace lo puso de relieve en su estudio Clicking Clean. Estimaciones como la del proyecto Shift, la huella de Carbono de la transmisión de datos por Internet, representa el 3,7% de las emisiones globales, lo que equivale al impacto ecológico del quinto país más contaminante del mundo. Además, otro estudio realizado en la Universidad de McMaster en Canadá, apunta que esta cifra se doblará en 2025 si no se toman medidas urgentes. Por si fuera poco, otro equipo de investigadores de la Universidad de Lancaster, con Mike Berners-Lee a la cabeza, afirman que “Internet es responsable de hasta el 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel global“, ya que “algunos estudios no tienen en cuenta el impacto de la industria que hace posible Internet, desde fábricas a las cadenas de suministro, extracción y transporte de piezas y dispositivos terminados”.
Pero, ¿a qué es debido? ¿Cómo puede ser que mandar un email o consultar la Wikipedia contamine? ¿Sabemos suficiente acerca de la sostenibilidad digital? Te lo contamos.
Internet es algo muy físico, integrado por miles de kilómetros de cable y fibra óptica cruzando de un continente a otro. Todo lo que envías no queda flotando en el aire, sino que se guarda en grandes centros de datos
Inés Bebea, Directora del proyecto educativo Ondula
Grandes servidores
Los datos que circulan como por arte de magia a través del espacio, y que se sincronizan casi al instante en nuestro smartphone y en un PC de Groenlandia, se almacenan en servidores. Estos están en marcha a todas horas, todos los días del año. ¿Adivináis de qué se alimentan? Exacto, de electricidad. Grandes cantidades de electricidad. Se estima que aproximadamente el 7% de la electricidad global consumida, proviene del uso y mantenimiento de internet.
El centro de datos más grande del mundo se encuentra en Hong Kong, y mide más de 700.000 m², el equivalente a unos 180 campos de fútbol. No se detiene nunca, es decir, está operativo las 24 horas de los 365 días del año para atender billones de peticiones. Al consumo propio de su actividad, hay que añadir el de los potentísimos sistemas de refrigeración que le permiten funcionar sin recalentarse.
Si los centros de datos y las demás infraestructuras digitales se alimentaran al 100% con energías renovables, nuestra creciente dependencia de Internet podría incluso acelerar nuestra transición hacia una economía renovada
Greenpeace
Compras en Internet
¡Qué cómodo es comprar por internet!. Realizas la búsqueda, encuentras exactamente lo que quieres, le das a comprar ahora y al día siguiente tienes tu paquete en casa. Increíble e impensable hace solo unos años.
Según el informe Reinvent your city publicado por Greenpeace, comprar online es más ecológico que desplazarse hasta la tienda en coche si se está en un radio de más de 15 km de distancia. Pero los servicios de entrega rápida, dificultan la optimización de viajes por parte del proveedor, haciendo que aumente considerablemente el impacto ecológico. Según el mismo estudio, la entrega garantizada en 24 horas requiere el triple de energía que la entrega estándar.
El embalaje excesivo para evitar desperfectos y devoluciones, también es un factor que supone una mayor contaminación, ya que se emplea mucho plástico y otros materiales que no serían usados en la compra tradicional.
Para reducir el consumo excesivo de energía, podemos concentrar ciertas compras en un solo proveedor o utilizar una misma plataforma. De esta forma, es muy probable que el repartidor nos entregue los paquetes en un único viaje, reduciendo así las emisiones derivadas del transporte. Y si no es absolutamente necesario, optar por la entrega estándar (habitualmente dos o tres días) en vez de la rápida.
Residuos tangibles del mundo virtual
Es cierto que actualmente gastamos menos papel que hace dos décadas. ¿Cuánto espacio hemos ganado en casas y oficinas, al no guardar nuestros documentos en archivadores del tamaño de un PC? Aun así, seguimos dependientes del soporte, y este no es precisamente barato y sostenible. Tabletas, smartphones, ordenadores, routers, servidores… Ya no usamos tanto papel, pero todos estos aparatos que no nos cansamos de renovar, tienen también un elevado coste ecológico.
Cuidar tus dispositivos electrónicos y repararlos en vez de comprar uno nuevo. O mantenerse alejado de la tentación de adquirir el nuevo modelo de una tableta (que hace lo mismo que la actual, pero es medio milímetro más fina), son acciones que todos podemos hacer para minimizar los residuos y la energía empleada en la fabricación y transporte. Resulta fácil decirlo, pero a menudo la misma industria pone trabas a tus buenas intenciones mediante la obsolescencia programada. Según la propia Apple, entre el iPhone4 de 2010 y el iPhoneX de 2017, la huella de carbono derivada de su fabricación ha aumentado un 75%.
Seguramente habrás oído hablar del coltán, un mineral metálico bastante escaso en la naturaleza, necesario para la fabricación de las pantallas táctiles de nuestros aparatos de mano. Algunos de los países ricos en este material, como Ruanda y el Congo, conocen demasiado bien las consecuencias de poseer un recurso tan valioso. El coltán es tan solo un ejemplo de materiales que se deben extraer para la producción global de smartphones y tabletas, pero no es el único. El Litio, indispensable para fabricar baterías, es otro de los elementos en disputa.
Soluciones para alcanzar la sostenibilidad digital
Frente a los datos preocupantes para el medio ambiente referentes a nuestros hábitos de consumo y uso de internet, los expertos ya han planteado algunas acciones para disminuir su impacto ambiental. Pero también está en nuestras manos, te damos algunos consejos de sostenibilidad digital.
¿Qué hacen al respecto las grandes corporaciones?
Trasladar a las zonas más frías del planeta las llamadas granjas de servidores, es una de las medidas que se están adoptando actualmente. Esto reducirá drásticamente su consumo energético, ya que la refrigeración se llevará a cabo de manera natural.
A su vez, la implementación del 5G, reducirá las emisiones asociadas a la conexión, ya que nos ofrecerá mayor velocidad y menor tiempo de respuesta, aunque puede suponer un mayor impacto ecológico a corto plazo. El cambio puede ser notable, y aunque los últimos informes auguran que la tendencia en el uso de datos seguirá al alza, se puede conseguir un acercamiento al equilibrio con concienciación sobre su impacto ambiental.
El 5G es una infraestructura que implica fabricar nuevo equipamiento electrónico. También tendremos que cambiar nuestros móviles y otros aparatos para que funcionen con 5G
Inés Bebea, Directora del proyecto educativo Ondula
Algunos gigantes tecnológicos invierten en energías renovables a un ritmo equivalente a la energía sucia que usan, alegando así que su empresa es neutra en carbono. Pero este razonamiento tiene trampa, ya que el impacto del uso del carbón (por ejemplo), no desaparece por comprar energía renovable. Según María Prado, responsable de Energía Ciudadana y Transición Energética de Greenpeace España “Es mejor que nada, pero esto no significa que estén fabricando energía limpia ni construyendo infraestructuras para producir renovables”
A pesar de que sabemos que el gran cambio debe venir de las grandes corporaciones y goviernos, hay muchos gestos cotidianos individuales que pueden marcar una gran diferencia en nuestro impacto ambiental digital (la llamada huella digital). Te proponemos algunas acciones que puedes llevar a cabo fácilmente en tu día a día:
- Apagar el ordenador, pantallas y router cuando hayas terminado de utilizarlos. Dejarlo en modo reposo o stand by requiere un gasto energético que te puedes ahorrar, además, tus aparatos ganarán en durabilidad si los apagas por completo.
- Colocar regletas con interruptor de apagado. Si el equipo está conectado directamente a la red, este seguirá consumiendo.
- En cuanto al uso diario del ordenador, cerrar pestañas y ventanas que no utilices, así como vaciar la bandeja de entrada de tu correo electrónico, son otros pequeños gestos que reducen tu impacto individual en el consumo de energía.
- Reciclar los objetos tecnológicos obsoletos. Móviles, ordenadores y otros dispositivos tecnológicos que ya no utilices, que contienen materiales valiosos y reciclables. También puedes pensar en donarlos a organizaciones benéficas o con pocos recursos. Seguro que ellos les dan una segunda vida.
- Recorta la cantidad de vídeos, imágenes, emojis o GIF innecesarios que envías en tus mensajes. Cuantas más elementos mandes en tus mensajes, mayor será el rastro de carbono asociado.
- Responde únicamente al remitente adecuado en los correos electrónicos. Solamente en Reino Unido se envían más de 64 millones de correos electrónicos innecesarios cada día.
- Apaga el móvil cuando te vayas a dormir y desconéctalo una vez cargado.
- No adjuntes archivos pesados, y procura reducir el volumen de emails con adjuntos. Siempre es mejor enviar un enlace a un solo archivo en la nube.
Herramientas online para un mundo más sostenible
El Día Mundial del Clima de 2023, «El futuro del tiempo, el clima y el agua a través de las generaciones»., y concienció sobre el impacto de la actividad humana en nuestro entorno.
A continuación puedes acceder a algunas herramientas online para cuidar el medioambiente:
- ¿Tienes sal?: Esta plataforma es el nexo de unión de una comunidad que no para de crecer, entre otros servicios, ofrece un espacio denominado “mercadillo”, para intercambiar con tus vecinos bienes o servicios.
- GoGreen Challenge: A través de un sistema de puntos que consigues mediante pequeñas acciones, esta app te ayudará a adoptar hábitos de vida sostenibles. ¡Compite con otros usuarios para ver quien es más Green!
- My Little Plastic Footprint: Reduce el uso de plásticos con esta aplicación. Calcula tu “Índice de huella plástica” y minimízalo progresivamente hasta acercarte al cero absoluto. No es fácil, ¡pero cada granito cuenta!
Nuevos tiempos, nuevos retos
Los frenéticos cambios que el siglo XXI ha traído consigo, nos han nublado la vista en cierto modo a estos aspectos negativos. Hemos vivido entretenidos con las nuevas herramientas digitales entre las que se incluyen las redes sociales. Intentando no quedar atrás en la revolución digital, hemos pasado por alto algunas de las consecuencias que conlleva. Podríamos decir que los árboles (aquellos que no hemos talado para fabricar papel), no nos dejan ver el bosque. Hemos estado demasiado atareados intentando asimilar todo el conocimiento que el uso de las nuevas tecnologías implica para poder ver las repercusiones en nuestro entorno.
El camino que hemos recorrido desde que internet ha llegado a nuestras vidas, está ya bien pavimentado. Nadie se plantea volver hacia atrás y casi nadie lo desea. La sociedad está perfectamente adaptada a las virtudes y ventajas que nos ofrece la conexión global. Pero sí que es necesario empezar a tomar conciencia del impacto que generamos con su uso, para poder definir estrategias de sostenibilidad a todos los niveles, y poner freno al cambio climático.
Conciencia, educación y uso responsable, serán las claves que harán que el futuro sea, además de digital, sostenible.
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