Durante los pasados días 25, 26 y 27 de octubre tuvo lugar el IoT Solutions World Congress 2016, uno de los congresos líderes en el ámbito del internet de las cosas. Durante las tres jornadas que conformaron el evento, se encadenaron más de un centenar de ponencias a cargo de personalidades del ámbito tecnológico. Si bien cada una de ellas trató temas concretos de esta nueva y auténtica revolución digital, todas ellas pusieron de manifiesto una cosa: en menos de quince años el mundo tal y como lo conocemos va a experimentar un cambio descomunal.

La revolución del internet de las cosas (IoT) ha experimentado una gran aceleración durante los últimos años y amenaza con cambiar nuestra forma de aprender, trabajar, entretenernos y, en definitiva, de vivir. Esta revolución nos afectará en múltiples aspectos de nuestro día a día. Aspectos de los cuales no seremos conscientes ya que afectaran, entre otras cosas, a los flujos logísticos de nuestras ciudades, la forma en la que se cosechan los alimentos o la eficiencia de las cadenas de montaje. Por otro lado, habrá otros aspectos de los que seremos partícipes directos, como todos aquellos gadgets que poco a poco irán haciéndose un hueco en nuestros hogares, todos ellos con una promesa bajo el brazo: hacernos la vida más fácil.

Internet of Things
Foto de Kārlis Dambrāns

Según las predicciones más optimistas, para el año 2020 se prevé un aumento del 300% en los dispositivos IoT conectados a internet, lo que implicará un gasto de prácticamente 6 billones de dólares en soluciones de IoT durante los próximos 5 años. Además, los expertos coinciden en que el mayor gasto en inversión en el sector del internet de las cosas se llevará a cabo en el ámbito empresarial, ya que ayudará a mejorar aspectos claves del funcionamiento de dichas organizaciones. Entre otras cosas, la implementación de soluciones IoT ayudará a las empresas a:

  • Disminuir los costes operativos.
  • Aumentar la productividad.
  • Desarrollar nuevas ofertas de bienes y servicios.
  • Expandirse a nuevos mercados.
  • Facilitar la internacionalización de su actividad.

Por otro lado, los gobiernos también muestran un gran interés hacia la adopción de este nuevo paradigma tecnológico, ya que el internet de las cosas alberga un gran potencial para la gestión de los servicios públicos y la seguridad ciudadana.

Por estas y otras razones, no es de extrañar que el internet de las cosas sea considerada como la próxima revolución industrial. No en vano, esta revolución puede significar una mutación sin precedentes en la forma de entender la producción industrial y la gestión de los servicios en infinidad de entornos. No resulta nada complicado imaginar el funcionamiento de un hospital en el año 2050, en el cual los pacientes posean una pulsera electrónica que proporcione acceso a su historial completo y que permita monitorizar sus constantes vitales desde cualquier punto del recinto. Son cosas que a día de hoy siguen pareciendo de ciencia ficción pero que gracias al IoT se acercan cada vez más a nuestra realidad.

Congresos como el que vivimos la semana pasada, demuestran que el internet de las cosas es claramente el siguiente gran paso que realizará la industria tecnológica. Un avance que, sin duda, no tendrá nada que envidiar del que se produjo con la irrupción de la era digital. Será a partir del año 2020 cuando la sociedad en su conjunto, será consciente de la magnitud de esta gran metamorfosis. De momento, tendremos que conformarnos con los primeros prototipos y proyectos que pudimos curiosear en el IoT Solutions World Congress 2016.

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