El término YOLO, es el acrónimo de la frase “You Only Live Once” (Solo vives una vez). La idea que transmite es la misma que la utilizada hace más de 2000 años por los poetas clásicos en la expresión Carpe diem, aunque esta vez, fue el rapero canadiense Drake quien la popularizó entre los jóvenes en su canción “The Motto”, en 2011.
Variedad en un mundo conectado
En un mundo cada vez más conectado donde las nuevas ideas pueden nacer en cualquier lugar, y reproducirse minutos después en la otra punta del mundo, ser (o mostrarse) original se ha convertido en un importante activo. Para destacar entre un mar de perfiles conectados en un nexo común, toca recurrir a la creatividad para llamar la atención y conseguir visibilidad (en mayor o menor medida) en el rápido mundo online.
Es en este contexto en el que el concepto YOLO ha calado hondo. Para la generación Z, que corresponde a los nacidos entre 1997 y 2012, YOLO es un término ligado a la libertad y a la rebeldía. Para los que nacimos antes, aunque no conociéramos el acrónimo, su significado nos es más que familiar.
YOLO implica ser valiente y atrevido, dejarse guiar por las propias convicciones y no permitir que las convenciones sociales marquen nuestros actos. Es una visión un tanto egocéntrica de la vida, que incita a aprovechar al máximo cada momento, pero que también incluye (al menos así es como lo interpretan los jóvenes) respeto hacia las decisiones de los demás, especialmente cuando estas se salen de lo común.
El impacto del YOLO en la moda
El fenómeno YOLO está estrechamente relacionado con la moda, ya que la manera como nos vestimos determina en gran medida las impresiones que causamos en los demás. Con la instauración de las TIC y las redes sociales, la diversidad de opiniones y tendencias se ha hecho más evidente y tangible que nunca. Plataformas como TikTok o Instagram, que utilizan los datos que obtienen de manera masiva a través de la cesión voluntaria de millones de usuarios, se están convirtiendo en los nuevos escaparates.
Con los actuales algoritmos que analizan y clasifican los datos, se crean y generan constantemente nuevos nichos de mercado en función de una gran variedad de factores. La consecuencia de esto, es que ya no existe una moda predominante, sino que existen tantas como gustos y colores.
En la situación de pos-confinamiento en la que nos encontramos, el estilo personal es la nueva tendencia, y ante las restricciones impuestas por causas mayores, vestirse como uno quiere es una forma de reivindicar la libertad individual. Ahora, las tendencias en la moda cambian, se actualizan y se superponen unas con otras a un ritmo frenético. Han dejado de ser promovidas des de círculos elitistas de diseñadores y críticos expertos para dar lugar a formas mucho más diversas y camaleónicas.
El momento YOLO: reivindicando la diversidad y la sostenibilidad
A medida que el mundo de la moda incorpora las ideas de diversidad e inclusión, se muestra más clara la evidencia de que no todas las personas quieren vestirse igual. En momentos de una elevada confusión a nivel social y cultural, sin un rumbo común claramente definido y un futuro incierto, la moda suele experimentar cambios profundos. Sucedió después de la Peste Negra en el siglo XIV, cuando la gente empezó a utilizar prendas de colores alegres para celebrar la vida, y está ocurriendo en la actualidad, aunque en un contexto claramente diferente.
Otro factor que ha colaborado a romper con las reglas establecidas en cuanto a la moda se refiere, es el auge de la moda ética y sostenible. Las prendas de ropa de temporadas anteriores que ya no servían por considerarse desfasadas, encuentran una nueva vida en el momento YOLO, pues seguro que hay quien las considera vintage o retro, y las luce con orgullo. Este hecho va muy acorde con el momento actual, en el que la concienciación medioambiental ha aumentado, especialmente entre los más jóvenes, que consideran (con razones de peso) insostenible el modelo de fast fashion predominante en las últimas décadas.
Solo se vive una vez
Tras la estela de la generación Z, llega la generación Alfa (nacidos entre 2013 y la actualidad), también conocidos como nativos digitales. Con unas ideas de libertad y privacidad totalmente distintas a las que se tenían hace únicamente veinte años, y una estructura mental que incorpora el acceso al Big Data como algo normal e indispensable, se están preparando para tomar las riendas del futuro. El actual momento YOMO y su reflejo en la moda, no es más que un destello de lo que ha de venir:
Un mundo más abierto y respetuoso, donde las nuevas ideas sean bienvenidas en vez de criticadas. En el que la diversidad y la originalidad, serán los elementos que equilibren la previsibilidad de un mundo definido por datos.
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