El mundo cambia con tu ejemplo, no con tu opinión.
Tenemos que aprovechar cuando la suerte está de nuestro lado y hacer todo lo posible por ayudarla, de la misma manera que ella nos está ayudando.
La locura es la incapacidad para comunicar tus ideas. Como si estuvieras en un país extranjero, viendo todo, entendiendo lo que pasa a tu alrededor, pero incapaz de explicarte y ser ayudado porque no entiendes la lengua que hablan allí.
Existen derrotas, pero nadie está a salvo de ellas. Por eso es mejor perder algunos combates en la lucha por nuestros sueños que ser derrotados sin siquiera saber por qué se está luchando.
Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea.
Así debéis hacer vosotros: manteneos locos, pero comportaos como personas normales. Corred el riesgo de ser diferentes, pero aprended a hacerlo sin llamar la atención.
Tengo que correr riesgos. No tengo que tener miedo de la derrota.
La gente es capaz, en cualquier momento de su vida, de hacer lo que sueña.
El secreto está aquí en el presente. Si se presta atención a la presente, se puede mejorar. Y si se mejora en el presente, lo que viene más adelante también será mejor.
Vacía tu mente, deja de pensar en cualquier cosa, sólo tienes que ser.
Todos me dicen que estoy a punto de cometer errores, pero eso es parte de la vida. ¿Qué quiere el mundo de mí? Quieren que no tome ningún riesgo, para no volver a tomar una decisión equivocada, ¿o vine porque no tengo el valor de decir «sí» a la vida?
Puedo elegir entre ser una víctima del mundo o un aventurero en busca del tesoro. Es todo una cuestión de cómo veo mi vida.
Eres lo que crees que eres.
No pierdas el tiempo con explicaciones: la gente sólo escucha lo que quiere escuchar.