La madre naturaleza nos ha dado algunos mecanismos de defensa; como en la fábula de Esopo, uno de ellos es nuestra capacidad de considerar que las uvas que no alcanzamos, o que no conseguimos alcanzar, están verdes.
Recuerda que eres un cisne negro.
Contrariamente a lo que se piensa en el ámbito de la ciencia social, casi ningún descubrimiento, ninguna tecnología destacable surgieron del diseño y la planificación. La estrategia de los descubridores y emprendedores es confiar menos en la planificación de arriba abajo y centrarse al máximo en reconocer las oportunidades cuando se presenta y juguetear con ellas.
Los economistas ignoran las producciones intelectuales que se desarrollan fuera de su mundo, por muy valiosas que sean
Es posible que uno pueda estudiar, meditar y escribir si es un empleado, pero no cuando dirige un negocio, a no ser que sea un irresponsable.
Perder el tren solo produce dolor al que corre para tomarlo. Asimismo , no ajustarse a la idea de éxito que los demás esperan de uno sólo es doloroso si eso es lo que se anda buscando.
El enemigo del diablo no es un santo, sino otro diablo
Una regla de oro de la ética: piensa un momento si prefieres recibir alabanzas sin merecerlas o no recibir ninguna alabanza pero siendo una persona que las merece.
Favorecemos lo visible, lo incrustado, lo personal, lo narrado y lo tangible; desdeñamos lo abstracto.
El problema con los expertos es que no saben lo que no saben.
Si no nos jugamos la piel no hay evolución.
Quienes no asumen riesgos no deberían tomar decisiones.
Muchas de las cosas que supuestamente han sido «inventadas» por las universidades en realidad se descubrieron mediante el juego, y más tarde se legitimaron mediante algún tipo de formalización. El conocimiento que obtenemos jugando, a través del ensayo y el error, la experiencia y la acción del tiempo, en otras palabras, mediante el «contacto con la tierra», es inmesamente superior al obtenido a través del razonamiento.
No podemos separar el conocimiento de su contacto con el suelo. De hecho, no podemos separar «nada» del contacto con el suelo. Y el contacto con el mundo real tiene lugar cuando uno se juega la piel.