Las palabras malévolas pueden herir tus sentimientos, pero el silencio rompe tu corazón.
No queremos realmente tener un padre en el cielo, sino un abuelo, una benevolencia senil que disfruta viendo a los jóvenes, como suelen decir los ancianos, ‘pasándolo en grande’; un ser cuyo plan para el universo fuera sencillamente poder decir de verdad al final de cada día: ‘todos se lo han pasado bien.
Integridad es hacer lo correcto, incluso cuando nadie está mirando.
La amistad es innecesaria, tal como la filosofía, como el arte. No tiene ningún valor de supervivencia; más bien es una de esas cosas que da valor a la supervivencia.
La amistad nace en el momento en que una persona le dice a otra: ¿Cómo? ¿Tú también? Creí que era el único.
Nunca eres demasiado viejo para tener otra meta u otro sueño.