Entre los que no tienen objetivo, que no tienen éxito o que no valen nada, a menudo se habla de “matar el tiempo”. El hombre que siempre está matando el tiempo realmente está matando sus propias oportunidades en la vida. Mientras que el hombre que está destinado al éxito es el que hace que el tiempo viva haciéndolo útil.
Escribir buenos editoriales consiste principalmente en decirle a la gente lo que piensan, no lo que tú piensas.
Un buen amigo puede decirte lo que te pasa en un minuto. Puede que no parezca tan buen amigo después de contarlo.
Cuelga tu idea en un gancho que todos puedan leer.
Que Edison o Lincoln pudieran haber sido Edison o Lincoln después de cuatro años en Harvard es improbable.
Si no golpeas a un lector de periódicos entre los ojos con tu primera frase, no hay necesidad de escribir una segunda.
No desperdicies el timpo. No lo emplees indebidamente en cosas sin valor. No lo desperdicies lamentándote por el tiempo que ya perdiste. No lo desperdicies en derrroches. No lo desperdicies en resoluciones repetidas por milésima vez y que nunca se llegan a cristalizar. No desperdices tu tiempo. Utilízalo en su TOTATILAD. Duerme, trabaja, descansa, piensa.