Hay ciertas actitudes de las personas, que muchas veces, por muy positivos y motivados que estemos para hacer algo, su negatividad o su postura y mal comportamiento nos afecta más de lo que quisiéramos. Estos aspectos desagradables de las personas se manifiestan de acuerdo a cómo son y les acompaña en ciertas circunstancias o son características siempre de su personalidad. Para evitar que caigas en estas actitudes o quieras reconocer a las personas tóxicas, te recogemos aquí varias reflexiones de otras personas sobre sus experiencias y que te ayudan a pensar de otro modo al respecto.
Muéstrame al hombre al que honras y sabré qué clase de hombre eres.
La opinión popular es la mentira más grande del mundo.
Ser misántropo tiene su lado bueno: la gente nunca te desilusiona
La envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento.
Jason Brown
Al juzgar a otros reflejas tu falta de autoaceptación.
DEEPAK CHOPRA
Ésta es la paradoja de la estrategia. La principal causa del fracaso estratégico, argumenta Raynor, no es una mala estrategia, sino una gran estrategia que resulta estar equivocada. La mala estrategia se caracteriza por la falta de visión, el liderazgo confuso y la ejecución inepta; no es la clave del éxito con seguridad, pero es más probable que conduzca a una mediocridad persistente que a un fracaso colosal.
Me despierto cada mañana pensando… este es mi último día. Y le meto todo. No hay tiempo para la mediocridad. Esto no es un maldito ensayo general.
Cometer errores es un privilegio de los activos. Siempre son las personas mediocres las que son negativas, las que dedican su tiempo a demostrar que no se equivocaron.
Adoramos la mediocridad, esa es su primera ventaja. Continuamente elevamos a los altares de la gloria a los mediocres; los convertimos en líderes de opinión, les permitimos rehacer o pulverizar el canon artístico al dictarnos lo que hay que ver, escuchar o leer, les proporcionamos popularidad al mirar continuamente hacia ellos, les otorgamos la gestión y la escritura de lo colectivo quizá porque nos reconocemos en ellos, porque ya nos somos capaces de salirnos de nuestra propia mediocridad y posiblemente porque creemos que si un mediocre es admirable, quizá nosotros también lo seamos algún día.
La gente que dice que no se puede hacer no debe interrumpir a los que lo están haciendo.